Como ser un buen autodidacta

| sábado, 28 de marzo de 2009



No importa que tan largo, intensivo o profundo sea el curso que sigamos: en esto de la informática la formación debe ser continua. A cada rato aparecen nuevos programas y nuevas tecnologías que nos exigen actualizarnos con rapidez para poder sacarles el mayor rendimiento. Por ello, es necesario contar con una cierta “vena” autodidacta, un impulso que nos lleve a tratar de aprender las cosas por nosotros mismos, con nuestros propios recursos.

En esta entrada, reciclada de una que escribí hace tiempo para una de las encarnaciones pasadas de esta web, vamos a ver algunos consejos que te pueden ser útiles a la hora de enfrentarte a un programa o hasta a todo un sistema operativo de manera que aprendas a manejarlo de una manera que te resulte productiva, entretenida e interesante.

Aunque recibir clases formales siempre resulta de utilidad, aprender algo por nosotros mismos es, en muchos casos, más enriquecedor. El proceso de descubrimiento y aplicación permite que el conocimiento se afiance más y, algo nada desdeñable, nos sentimos mucho más orgullosos de nosotros mismos.

Entonces, hagamos un ejercicio de imaginación: estás frente a un programa cuyas posibilidades te entusiasman y al que quieres sacarle partido de manera que chorree bits por sus costados. Acabas de instalarlo y entonces…

1.- Explora el programa, haz clic por todas partes, cambia valores y configuraciones. Si estás explorando el sistema operativo, ten cuidado con algunas cosas. Generalmente, los sistemas suelen avisar cuando se van a realizar cambios importantes que pueden dejarle inservible o producir problemas, así que ten mucho ojo y lee los cuadros de aviso que vayan apareciendo (esto es sobre todo para Windows).

2.- Usa la ayuda del programa. Si bien explorar es una actividad sumamente productiva, en ocasiones nos vamos a topar con que no encontramos la función que buscamos en el programa, a pesar de que sabemos que la tiene o, por lo menos, lo suponemos (por ejemplo, un procesador de textos casi seguro que ha de contar con una opción para cambiar el tipo de letra). En ese momento es cuando debemos recurrir a la ayuda del programa. Es increíble la cantidad de veces que nos olvidamos o deseñamos las ayudas que acompañan al software. Si están ahí es para algo.

3.- Anota todo lo que descubras. Sí, ANOTA. Se puede decir más alto pero no más claro. Apunta en un cuaderno o en un archivo de texto todos los descubrimientos que vayas haciendo, sobre todo si estamos hablando de cambiar configuraciones y cosas así. No hace falta que te explayes en detalles. Anota simplemente el camino que hayas seguido para hacer determinada cosa y, si has cambiado algún valor, apunta el valor que has utilizado.

Cada uno tiene su propia manera de anotar. Personalmente, suelo usar un cuaderno donde anoto todo, cualquier cosa, una detrás de otra. En lugar de dividirlo en secciones, lo tengo dividido en páginas. Por ejemplo, lo relacionado con el blog, le pongo como título "Blog" en la parte superior de la página y comienzo a escribir. Si de pronto necesito hacer anotaciones sobre, por decir algo, programas, en la segunda hoja (que sería la tercera página) le pongo "Programas" en la parte de arriba y escribo. Cuando termine la primera hoja de blogs, paso a la tercera hoja del cuaderno, le pongo el título "Blog" y continúo escribiendo. Y así continúo, creando una nueva sección a medida que voy avanzando por el cuaderno.

En otras ocasiones, recurro a un archivo de texto, especialmente cuando quiero registrar cosas que he leído en otras webs y que, tras probarlas, deseo conservar. Lo suelo hacer principalmente en materia de sistemas operativos (principalmente GNU/Linux) a los que no estoy acostumbrado.

En cuanto a las instrucciones o características de un programa concreto, sencillamente escribo primero el nombre del programa en mayúsculas y a continuación las instrucciones o los valores que quiero conservar, o cualquier tontería que pueda necesitar después.

Una manera muy práctica de anotar la manera de hacer determinada cosa en un programa es apuntando todos los sitios donde debes hacer clic o seleccionar separados por el signo ">" (mayor qué): Formato > Caracter > Fuente.

Anotar produce un curioso efecto que más de uno tiene que haber notado alguna vez: si lo escribimos, no se nos olvida (o tarda más en olvidarse); si no lo escribimos, lo olvidamos con rapidez. Esto puede atribuirse (aunque, por lo que he leído, no está del todo comprobado) a que en nuestro cerebro exista una zona que retiene el recuerdo del sonido y la imagen pero no el pensamiento puro, de manera que el acto de escribir lo que queremos recordar se retiene mejor (lo leí en "Los dragones del edén", de Carl Sagan). Sea por lo que sea, es un efecto que ocurre muy habitualmente, así que no hay que desdeñarlo: anota.

4.- Hazlo todo con un objetivo concreto y útil. Explora, usa la ayuda y anota tus descubrimientos pero hazlo con un objetivo. El problema de explorar es que si no se tiene un objetivo concreto, nos aburrimos con rapidez. Planteate hacer algo, lo que sea, y si es posible que te sea útil de alguna manera. Por ejemplo, si tienes un nuevo programa de gráficos, proponte hacer un montaje fotográfico con esas fotos que tomaste en las vacaciones o con esas imágenes que tanto te gustan y luego úsalo como papel tapiz. Se aprende el triple cuando se tiene un objetivo que cuando se explora sin rumbo fijo.

5.- Recurre a Internet. Cuando te atasques en un procedimiento, busca por la red de redes. Preferiblemente, busca tutoriales y manuales. Y si son descargables, mejor. Así podrás consultarlos cuando no estés conectado e incluso compartirlos. A la hora de hacer la búsqueda, escribe siempre un verbo en infinitivo, algunas características de lo que quieres hacer, el nombre del programa (a veces es necesaria hasta la versión); por ejemplo: crear botón Gimp. Si lo que quieres es algo que hable de muchas características del programa, escribe el nombre del programa y la palabra tutorial o manual; por ejemplo: Gimp manual. ¡Ah! y no te olvides realizar la búsqueda primero en tu idioma, pero si no encuentras lo que buscas, intenta con el inglés: hay mucho material en el idioma de Shakespeare.

Advertencia sobre los sistemas operativos:



Aunque resulta de mucha utilidad la exploración, a la hora de efectuarla en un sistema operativo los resultados pueden ser desastrosos si no sabemos a ciencia cierta qué estamos haciendo, especialmente en GNU/Linux. Por eso, quisiera resaltar los siguientes puntos:

Anota lo que haces y los valores originales que cambias. No será la primera vez que explorando me cargo una configuración. Ahórrate lamentos y apunta los pasos que sigues y los valores originales cuando vayas a cambiar algo de importancia. Una manera de identificar algo muy importante es porque es difícil llegar hasta ello (pero no tomes esto como una regla inalterable).

Documéntate primero: a menos que sea un sistema muy reciente, seguro que encuentras abundante información en la web acerca de lo que quieres hacer. Y, como no, recurre primero a la ayuda del sistema antes de conectarte.

Cubre las necesidades a medida que aparecen: explorar un sistema es algo muy aburrido, y como nos cansamos pronto, eso nos puede ayudar a alejarnos de peligros innecesarios. Un sistema se aprende usándolo, eso suele ocurrir en el día a día, durante el transcurso de diferentes tareas. Un sistema operativo es, al fin y al cabo, tan sólo la base donde se colocan lo que nos permite realizar nuestro trabajo: los programas. Por eso, lo mejor que puedes hacer es ir descubriendo como se hacen determinadas cosas a medida que lo necesitas, en lugar de tratar de averiguarlas sin más. Por ejemplo, si después de unos días descubres que el tamaño de la hora que muestra el reloj te molesta porque no puedes verla bien, averigua como cambiarlo.

Usa un live CD: esto es aplicable para distribuciones GNU/Linux. Los live CD permiten cargar un sistema operativo en una computadora sin necesidad de instalarlo. Generalmente, si luego así lo queremos, podemos dejarlo instalado sin mucha complicación. Esto nos permite probar nuevos sistemas con facilidad y sin correr ningún riesgo.

Fuente:Proyecto Autodidacta

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